Los Pececillos
Un blog (compartido) de Raquel y Juan. Con paranoias, politiqueos, recetas de cocina y de la vida...

Gracias a Romenauer encuentro este más que interesante artículo de opinión en El Pais. Lo firma el respetable señor Bonifacio de la Cuadra, al que a partir de hoy procuraré leer con atención.

El artículo sugiere la iniciativa de ampliar el número de diputados hasta 400, reservando 50 de ellos a representar los votos obtenidos por una única circunscripción nacional. La idea es de Gregorio Peces-Barba.

Tomen nota de ésto todos aquellos que rechazan cualquier reforma electoral con la coletilla esa de que "el país se volvería ingobernable" etc, etc.

Fíjate por dónde (no tenía ni idea) la Constitución española consagra el pluralismo político a la misma altura que los valores de libertad, justicia e igualdad...

Paso a hacer un ctrl-c, ctrl-v del artículo, que tal y como está El Pais en los últimos tiempos igual lo quitan (va para mi archivo, disculpen el chorro texto pero no tiene desperdicio):

Izquierda, democracia y votos

BONIFACIO DE LA CUADRA 17/03/2008

Las recientes elecciones legislativas, contra lo que viene diciéndose, no han significado un batacazo para Izquierda Unida (IU), sino un descalabro para la propia democracia, especialmente necesitada de legitimación y juego limpio en el momento del voto, clave del ejercicio de la soberanía nacional. Que los dos escaños de IU hayan costado casi medio millón de votos cada uno es un fenómeno que no puede tolerar nuestra democracia, pivotada por dos partidos a los que cada diputado le ha salido por siete veces menos: 65.471 votos por escaño los socialistas y 66.405 los populares.

El creciente bipartidismo, no sólo político, sino también mediático a la hora de los análisis electorales, atribuye a las guerras internas de IU -que existen en todos los partidos- o carga sobre la espalda de Gaspar Llamazares la responsabilidad de un fracaso previamente promovido por los dos grandes protagonistas del 9-M. Sobre todo, mediante la negativa del PSOE y el PP a reformar unas normas electorales, ya "provisionales" en marzo de 1977, que atentan contra los "criterios de representación proporcional" establecidos constitucionalmente como fruto del consenso, con la oposición del ponente de Alianza Popular, Manuel Fraga, que abogaba por el sistema mayoritario.

Es curioso que el PSOE actual, heredero de los políticos que lograron introducir en la Constitución el criterio electoral proporcional, hasta ahora no haya estado a favor de profundizar en esa línea. La realidad es que a los dos grandes partidos no les interesa esa proporcionalidad; de ahí que es la ocasión de comprobar si desde el poder se actúa por simple egoísmo político, para conservarlo, o se es capaz de moverse en favor de la ampliación de la democracia. La izquierda democrática necesita implantar un voto más igualitario y proporcional, exigencia que no existe en los conservadores, en este punto más coherentes con los constituyentes de la derecha y el centro.

El nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero debe tomar la iniciativa de acometer inmediatamente una reforma electoral que nos haga avanzar en calidad democrática a partir de los próximos comicios. La fórmula ya la expuso el 13 de noviembre de 2007 en estas mismas páginas el ponente constitucional socialista Gregorio Peces-Barba: añadir a los 350 diputados actuales, 50 diputados más -la Constitución prevé hasta 400- que se reclutarían "en una única circunscripción nacional, que recogería todos los votos que en las circunscripciones provinciales no hubieran sido aprovechados para elegir un diputado".

La reforma, además de democratizar más el sufragio universal, promovería sin duda el pluralismo político, consagrado constitucionalmente como uno de los cuatro valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico, con la libertad, la justicia y la igualdad. Zapatero ha desarrollado estos últimos valores en la anterior legislatura, en la que por cierto no le ha ido mal con el apoyo recibido de varias minorías parlamentarias y muy especialmente IU. En cambio, el espectro del bipartidismo que se avizora no presagia muchos avances de los valores democráticos.

El PSOE ha contribuido a plantear una campaña electoral a dos únicas bandas, a lo que se ha añadido la propagación del miedo, desde las filas socialistas, a una eventual victoria del PP si los electores de izquierda no acudían al socorrido "voto útil"... útil para el PSOE. Por supuesto que también los electores tienen responsabilidad en los escasos resultados de IU, que ha bajado de los 1.284.081 votos de 2004 a los 961.794 del 9-M.

A diferencia de la derecha, que vota sin fisuras al PP, para que recupere el poder que cree que le pertenece, los ciudadanos de izquierda tienen a veces el corazón partío. Conozco varias decenas de votantes, muchos de ellos rojos convictos -no daré nombres- que han confesado su preferencia por IU (ley de plazos para el aborto, laicismo ya, inmigración sin complejos, memoria histórica...), pero han terminado por votar "esta vez" al PSOE, para cerrar el paso al PP. Ahora lamentan el fracaso de IU y analizan sus causas...

El resultado es que para la próxima legislatura el PSOE se ha quedado prácticamente sin referente por la izquierda, lo cual para los sectores más izquierdistas del propio partido -entre ellos muchas mujeres que no soportan el incumplimiento de la promesa de ampliar el aborto- significa el riesgo de que no se avancen pasos en esa dirección, sino que Zapatero resulte tentado por las alianzas con los nacionalistas o incluso, en situación extrema, con su colega de campaña. Por lo pronto, el PSOE parece contento con haber engordado sus resultados con votos prestados.

Menos mal que Zapatero ha prometido corregir errores cometidos durante la anterior legislatura. ¿Será uno de ellos el de no reformar la legislación electoral, y acometerá ahora esa asignatura pendiente para demostrar su voluntad de profundizar en la democracia? Sería meritorio, porque ahora casi nadie le va a pedir en el Parlamento una iniciativa como ésa.

 

Escribo esto mientras se publican los resultados de los sondeos a pie de urna, todavía sin datos del escrutinio, pero ya con la convicción de que la política de los grandes partidos está acabando con uno de los valores más importantes de nuestra democracia: La diversidad de ideas, o más bien su representación en el parlamento.
Izquierda Unida pierde votos y escaños. A mi entender esto viene provocado por una serie de factores:

  • La falacia del voto útil.
  • El voto del miedo.
  • El ninguneo mediático por parte de medios de comunicación supuestamente progresistas.
  • y muchos más...
Parte de culpa la podrá tener también la propia Izquierda Unida, quizás el hecho de tener unos principios le impide considerar las elecciones y las campañas electorales como un mero acto de márketing y los debates (de los que ha sido excluida) como un espectáculo en vez de un diálogo político.

Aunque cada vez más soy de la opinión que esta supuesta democracia es sólo eso, supuesta, creo que merece la pena luchar por defenderla y no permitir que continúe su erosión.

El PSOE pretende pervertir uno de los principales valores de la izquierda: su diversidad. Cierto es que en ocasiones esa diversidad se convierte en debilidad. Como decía un director de cine: Pon a dos izquierdistas en una habitación y al cuarto de hora tendrás dos partidos políticos.
Esta "debilidad" no lo es en realidad. La diversidad dentro de la Izquierda fomenta la democracia interna, la discusión y el debate frente a ese seguidismo, el culto al líder, las elecciones a dedo, y pensamiento monolítico que caracteriza a la derecha y cada vez más al PSOE.

Flaco favor le hace a la izquierda el PSOE fomentando el "voto útil", mientras sigue su camino al centro y a la política económica neoliberal está acabando con la representacion en el gobierno de una gran parte de la población española.

Es urgente que el PSOE olvide el embriagador aroma del poder, que recuerde sus orígenes y que acometa una reforma electoral que permita una representación más proporcional y democrática.